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¿Y si tu mamá se llamara Pedro?


Regreso de mis vacaciones blogueras y me encuentro en mi mail con este interesante artículo de José Carlos Arean, Capellán del RC Celta-Vigo que me dejo reflexionando un rato, sin duda un tema polémico y muy de moda. No los entretengo más y los dejo con el mismo.

Saludos y hasta la proxima



"Mi mamá se llama Pedro"


“Dos leonas no hacen pareja, dos gatos tampoco. No pueden aparearse, para ello tendrían que ser de distinto sexo y de la misma especie. Son cosas de la zoología, no es un producto de la cultura hitita, fenicia o maya, cristiana o musulmana. Por supuesto, no es un invento de la Iglesia Católica.

Muchos siglos antes de que Jesús naciera en Belén, el derecho romano reconocía al matrimonio como la unión de un hombre y una mujer. Después ellos se divertían con efebos, que para eso estaban, para el disfrute. La esposa, era para tener hijos.

La palabra matrimonio, procede de dos palabras romanas: MATRIS Y MUNIO, la primera significa MADRE, la segunda DEFENSA. Entonces el matrimonio es la defensa, el amparo, la protección de la mujer que es madre, el mayor y más sublime oficio humano.

Cada palabra tiene su significado propio. Una compraventa gratuita, no es una compraventa, sino una donación y una enfiteusis por cinco años, no es una enfiteusis, sino un arriendo vulgar. Llamar matrimonio a la unión de personas del mismo sexo, me parece como poco serio. Jurídicamente un disparate, de carcajada. Que le llamen homonomio, chulinomio, seximonio, lo que quieran pero menos matrimonio que ya está inventado desde hace tiempo.

Nadie llama tarta de manzana a la que está hecha de peras. Lo curioso es que cuando dices cosas como ésta, algunos te miran como extrañados de que no reconozcas la libertad de las personas y por más que les dices que sí, que respeto la libertad de todos, que cada uno puede vivir con quien quiera, incluso con su perro, pero que eso no es un matrimonio, entonces, van y te llaman INTOLERANTE.

No sé lo que harán los parlamentarios españoles a la hora de votar, tal vez seguir el modelo argentino. Son políticos, no juristas. Votarán por razones políticas, no según Derecho. Las consecuencias, son graves: si un varón tiene derecho a casarse con otro varón y una mujer con otra, ¿le vas a negar el derecho a una hermana de casarse con su hermano?, o a un padre ¿hacerlo con su propia hija?, ¿no tienen el mismo derecho?

La sociedad se quiebra. Huele a podrido, como en Dinamarca cuando la profe le preguntó a Pepito cómo se llamaba su madre, el niño contestó: mi mamá se llama Pedro”.


Y tú, ¿Qué opinas?



PD: El articulo original como las opiniones son de José Carlos Arean, Capellán del RC Celta-Vigo y se transcriben tal cual. Todos los comentarios son bienvenidos siempre y cuando guarden el debido respeto.
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