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Lecciones de Ajedrez (7/7)


Hoy concluimos esta serie de articulos con la Lección 7 La Rendición y las Tablas, como en la vida no siempre se termina ganado y como dijeran los maestros de la vieja escuela para ganar hay que aprender a perder (algunos lo toman muy enserio) o en su caso empatar.

Hay muchísimas partidas que finalizan sin necesidad de que se haya dado mate a ninguno de los dos reyes. A menudo, el ajedrecista ve que su adversario lleva una ventaja material decisiva, como una pieza de más o un peón que marcha inconteniblemente hacia la octava horizontal, y se rinde porque, a la postre, su rey llegará al estado de mate. ¿Tiene sentido proseguir el juego cuando un contendiente se queda sólo con el rey, mientras que el otro tiene, una dama o una torre o dos alfiles? ¡No! La teoría estima que el bando superior materialmente gana un final así.

Los finales en que el rey, un caballo y un alfil luchan contra un rey solo exigen un juego muy exacto; juego que muchos ajedrecistas experimentados no siempre llevan a cabo felizmente, a pesar de que teóricamente está ganado.


Las tablas

Con frecuencia, una partida finaliza en tablas, debido a una total simplificación de la posición. Por ejemplo, en el tablero han quedado sólo los reyes con un caballo o con un alfil cada uno de ellos, etc.

La partida puede terminar en tablas, aun cuando queden muchas piezas y peones en el tablero. Supóngase que, tras una lucha prolongada, uno de los oponentes llega a la conclusión de que no tiene probabilidades de ganar y propone el empate a su adversario, que lo aceptará si estima que ni uno ni otro puede ganar la partida; pero el juego prosigue si juzga que tiene probabilidades de lograr la victoria.

Después de haber concertado un empate no se puede variar el resultado de la partida, aunque se descubra que uno de los dos bandos podía haberla ganado. Y sucede lo mismo cuando el ajedrecista valora indebidamente la posición y se rinde, aun cuando luego se dé cuenta de que podía ganar o haber hecho tablas.

El ajedrecista ha de mantener su palabra una vez se ha rendido o ha propuesto unas tablas.

Con objeto de que no se produzca un juego sin sentido en situación de tablas, existen dos reglas:

1. La partida es nula cuando lo exija uno de los contendientes después de haberse repetido consecutivamente tres veces una jugada o tres posiciones iguales en jugadas alternas.

2. La partida también es nula si lo estiman uno de los oponentes después de haber transcurrido cincuenta movimientos sin que haya habido un cambio de piezas, ni se haya movido ningún peón. Cuando se dé una de estas circunstancias, volverá a contarse cincuenta jugadas más.


Saludos y hasta la proxima


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