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Napoleón vs Madame de Remusat


Esta vez les quiero compartir una famosa partida de ajedrez disputada entre Napoleón Bonaparte y Madame de Remusat la noche del 20 al 21 de marzo de 1804 en el castillo de Malmaison. 

Madame de Remusat era una de las damas de honor de Josefina (esposa de Napoleón), conoció íntimamente a toda la familia Bonaparte, con la que convivió durante 6 años. Ella fue la encargada de escribir las memorias del General, en la que es considerada su biografía más fiable. 

Napoleón jugó esta partida sabiendo que esa misma noche iban a fusilar a uno de sus más duros adversarios, el duque de Enghien, lo cual seguro que influyó en la forma de jugar del corso que fue muy agresiva. 

En la partida se aprecia como Napoleón comienza desplegando sus caballos, algo que le gustaba hacer porque reproducía fielmente sus estrategias en el campo de batalla real, donde solía abrir la lucha con la caballería, para más tarde dar paso a la infantería que atacaba sobre la brecha abierta por sus compañeros. Su forma de jugar al ajedrez era la prolongación de su temperamento en la vida real. Buscaba la sorpresa con meditadas combinaciones, de la misma forma que en sus batallas utilizaba estrategias que el enemigo jamás esperaba.

Saludos y hasta la próxima


Madame de Remusat (Negras) – Napoleón Bonaparte (Blancas)

Nota: En los salones aristocráticos del siglo XVII y principios del XIX, era costumbre ceder a las damas las negras con la salida para que el negro de las piezas contrastase con la blancura de sus manos.

1..., d6 

Salida reservada y tímida. 

2. Cf3, e5 
3. Cc3, f5 
4. e4, fxe4 
5. Cxe4, Cc6 

Jugada dudosa, que revela la distracción de Madame Remusat y que permitió a Napoleón apoderarse del ataque.

6. Cfg5 

Audaz jugada de Napoleón. 

6..., d5 
7. Dh5+, g6 
8. Df3, Ch6 
9. Cf6+ Re7 
10. Cxd5+ Rd6 
11. Ce4+ 

El ataque blanco continúa implacable. 

11..., Rxd5 
12. Ac4+ 

Las respuestas negras son ya obligadas. Este sacrificio del alfil blanco es decisivo, permitiendo un mate en tres movimientos de gran elegancia. Después de jugar el alfil, Napoleón Bonaparte, con la cabeza apoyada en la mano izquierda, citó unos versos de Corneille del acto IV, escena II de su obra Cinna (la obra maestra de Corneille según Voltaire). 

Quién perdona fácilmente, invita al delincuente: 
Castiguemos al asesino, declaremos proscritos a los cómplices 
¡Más qué! Siempre sangre, y siempre suplicios… 
Y la sangre derramada de mil conjuras 
Marcando mis días malditos. 

Madame Remusat, preocupada por el drama que se estaba urdiendo en el castillo de Vincennes, lugar del fusilamiento, parecía no estar en el juego y el Primer Cónsul, advirtiéndolo, le dijo suspirando: “¿También estáis distraída?” La partida continuó:

12..., Rxc4 
13. Db3+ Rd4 

Y recitando los versos del acto V, escena II de Cinna: 

Yo soy mi maestro así como del universo: 
Lo soy y quiero serlo. ¡Oh siglos! ¡Oh memoria! 
Conserva mi última victoria para siempre. 
Yo triunfé hoy de manera justa 
Lo que me recuerda que puedo llegar hasta vosotros. 

Napoleón jugó: 

14. Dd3++ 

Agregando: “Os he dado jaque mate. Mañana os tomaréis el desquite. Hablemos ahora de otra cosa.”

Los rostros estaban graves y tristes. Sólo se oía murmurar a Napoleón, que paseaba rápidamente por el salón con las manos a la espalda, estos hermosos versos de Alzira (tragedia de Voltaire): 

Los dioses a los que servimos conocen la diferencia. 
Los tuyos piden la muerte y la venganza, 
Y los míos, cuando tu brazo acaba de asesinarme, 
Me ordenan que te compadezca y te perdone. 

Pocos días después, el 18 de mayo de 1804, Napoleón se convertía en el Emperador de los franceses.

[ Tomado del libro Temas de Ajedrez de Manuel Golmayo ]
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