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Lecciones de Ajedrez (5/7)


Hoy veremos la Lección 5 El poder comparativo de las piezas, una de las ultimas de esta serie, bien se preguntaran ¿Para que nos sirve saber el poder comparativo de las piezas?

El poder de una pieza lo determinan su movilidad y alcance: Las casillas que puede recorrer de un movimiento; las que domina desde su posición; El peligro que supone para las del adversario, y la facilidad y rapidez de penetración en el campo de éste para amenazar a su rey.

La dama está considerada como la pieza más poderosa. Desde el centro del tablero domina veintisiete casillas; la torre, catorce; el alfil, también catorce, si bien es menos poderoso que ésta, debido a que marcha por casillas de un color y no puede atacar las piezas que se hallan en las de color distinto, y el caballo también es menos poderosos que la torre.

Se podrían asignar las siguientes puntuaciones a las piezas:

Peón 1 punto
Caballo 3 puntos
Alfil 3 puntos
Torre 5 puntos
Dama 9 puntos

Se ha convenido en llamar a la dama y a la torre piezas mayores; a los alfiles y caballos, piezas menores, y el peón no se considera como una pieza, dado su poder insignificante.
Por "cambio" se entiende el trueque de una pieza por otra de igual valor. Y así, se usan las expresiones "cambio de damas", "cambio de un alfil por un caballo", "cambio de peones", etcétera.

Cuando en el cambio de piezas, uno de los dos bandos obtiene una de más valor, como una torre por la dama o un alfil por otro alfil y un peón, se dice que "ha obtenido ventaja material".

La diferencia de valor entre una pieza mayor y una menos se llama calidad. Cuando el ajedrecista entrega voluntaria o involuntariamente una torre por una pieza menor se dice que "ha perdido una calidad" y que su adversario "ha ganado una calidad".

Una dama equivale aproximadamente a dos torres o a tres piezas menores, y así, dos torres equivalen a tres piezas menores. El alfil es equivalente al caballo. Por lo mismo, una de estas dos últimas piezas equivale a tres peones y una torre a cinco peones. Por todo lo cual una calidad es equivalente a dos peones.

Partiendo de estas valoraciones aproximadas, se puede cambiar la dama por dos torres y un caballo por un alfil. No es ventajoso cambiar la dama por una torre y un alfil o caballo y totalmente desventajoso cambiarla por una pieza menor. Se puede entregar un alfil o caballo por tres peones; pero no por dos y aún menos por uno. Tiene sentido cambiar una torre por un caballo o alfil y dos peones.

Pero, en general, cualquier cambio depende de la situación que se produzca en el tablero y de la verdadera valoración de las posibilidades de uno y otro bando. En ello se refleja el arte de jugar. Por ejemplo, sabemos que un peón blanco es igual a uno negro; pero si uno u otro ha llegado a la séptima horizontal y está por transformarse en dama, entonces es mucho más poderoso que cualquier otro peón en su posición inicial o en las horizontales anteriores a la de referencia.

Como se verá más adelante, el caballo es más valioso que el alfil en unas posiciones y en otras menos que él.

En la partida de ajedrez, no sólo la ventaja material decide el resultado, sino también la disposición de las piezas y los peones en el tablero.

Saludos y hasta la proxima
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