Ads Top

Dokkōdō - El camino de la soledad


El Dokkōdō (El camino que se debe seguir solo) es una obra escrita por Miyamoto Musashi una semana antes de su muerte en 1645.

Miyamoto Musashi fue un guerrero famoso del Japón feudal. También es conocido como Shinmen Takezō, Miyamoto Bennosuke, o por su nombre budista Niten Dōraku. Su nombre completo es Shinmen Musashi no Kami Fujiwara no Genshin (“No Kami” es un título nobiliario, mientras que “Fujiwara” es el nombre de una importante familia noble de aquella época). Es autor del reconocido tratado sobre artes marciales titulado El libro de los cinco anillos (Go-rin no sho), libro que por cierto recomiendo mucho. 

Miyamoto Musashi murió el 19 de Mayo del segundo año de Sosho (1645). Una semana antes, el día 12 de mayo, había terminado de redactar un manuscrito conocido como Dōkko-Dō (“la Vía que ha de seguirse solo” o “la Vía de la Autodisciplina”). Es una obra breve consistente 21 preceptos o normas para observar una vida de profunda honestidad y ascética autodisciplina. 

El Dokkōdō fue escrito cuando Musashi repartía sus posesiones para prepararse a la muerte y lo dedicó a su discípulo favorito Terao Magonojō.
 

La Vía que recorro por mí mismo 

1. Acepta todo exactamente de la manera que es. Jamás actuaré contrariamente a la moral tradicional. No contravenir la Via inmutable a través de los tiempos.

2. No busques el placer por su propio bien. Evitar buscar los placeres del cuerpo. Nunca intentaré aprovechar ningún momento de facilidad.

3. Bajo ninguna circunstancia, no dependas de un sentimiento parcial. No tengo parcialidad por nadie ni nada. Ser imparcial en todo. No dejarse arrastrar de la avidez en toda la vida.

4. Piensa ligeramente en ti y profundamente en el mundo. Pienso poco en mí mismo, pero mucho en la colectividad. No preocuparse por los asuntos egoístas.

5. Mantente separado del deseo a lo largo de toda tu vida. Estoy libre de codicia a través de mi vida. No estar celoso jamás de los demás, ni en bien ni en mal.

6. No te arrepientas de lo que has hecho. Nunca lamento lo que he hecho. No tener rencor o animosidad hacia sí o hacia los demás.

7. Nunca seas celoso. De ningún modo envidio a otros por su buena suerte, o me quejo de la mía si es mala. No tener ningún deseo de querer.

8. Nunca te entristezcas por una separación. Nunca me aflijo por la separación de alguien o de algo, en ningún momento. No estar triste por ningún tipo de separaciones.

9. El resentimiento y las quejas no son adecuadas ni hacia ti mismo ni hacia otros. Nunca reprocho nada a mí mismo o a otros, nunca me quejo sobre mí mismo o sobre los demás

10. Nunca permitas que te guíe la lujuria o el amor. Nunca sueño en sucumbir bajo el enamoramiento (o apasionamiento) por una mujer. No ser jamás cobarde por culpa del cuerpo.

11. No tengas preferencias en ninguna cosa. Gustos y aversiones, no tengo ninguno. No buscar jamás el bienestar personal.

12. Se indiferente hacia en donde vives. Sea como fuere el lugar donde vivo, jamás tendré ninguna objeción en su contra.

13. No persigas el probar buena comida. Nunca deseo comida refinada para mí. No buscar los platos más refinados para contentar el cuerpo.

14. No te aferres a posesiones que ya no necesites. Nunca tengo objetos antiguos ni curiosos bajo mi posesión. No rodearse de ninguna cosa preciada en toda la vida.

15. No actúes siguiendo costumbres o creencias. Jamás realizo purificaciones o abstinencias supersticiosas para protegerme contra las malas influencias.

16. No colecciones armas o practiques con ellas más allá de lo útil. No tengo gusto por implementos de ninguna clase, exceptuando espadas y otras armas. No ser tentado por ningún objeto a pesar de las armas.

17. No temas a la muerte. Jamás resentiré de mi vida encausada hacia la rectitud. Consagrarse enteramente a la Vía sin temor, hasta la muerte. Aunque el cuerpo sea viejo, no tener deseos de la muerte.

18. No busques poseer bienes o feudos en tu vejez. En absoluto deseo tener ninguna posesión que me otorgue comodidad en mi vejez.

19. Respeta a Buda y a los dioses sin contar con su ayuda. Venero a Dioses y Buddhas, pero nunca pienso depender en ellos.

20. Puedes abandonar tu cuerpo pero debes perseverar en el honor. Más pronto prefiero dar mi vida que deshonrar mi buen nombre. La espada no se desenvaina a la ligera.

21. Nunca te apartes del Camino. No abandonar nunca la Vía de la táctica. Nunca, ni por un momento, ni en cuerpo ni alma, me apartaré de la Vía del Sable.
Con tecnología de Blogger.