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La Gran Derrota - Kasparov vs Deep Blue



 "Las máquinas son sólo cables y bulbos, son estúpidas por Naturaleza"

" Ninguna máquina será capaz de derrotarme en el próximo milenio"

Garry Kasparov (antes de enfrentar a Deep BLUE, en 1996). 


El 10 de febrero de 1996 Garry Kasparov para muchos el mejor ajedrecista de todos los tiempos , Y por entonces campeón del mundo de ajedrez, y ajedrecista número uno del mundo en la clasificación FIDE, sucumbió ante la 'Deep Blue', una máquina que analizaba 100 millones de jugadas por segundo.


En un 'cara a cara' basado en seis partidas, Kasparov resultó vencedor final con tres victorias, dos empates y una derrota, pero esta partida perdida fue el arranque del duelo y el primer ladrillo del 'nuevo' ajedrez.


El 10 de febrero de 1996, las neuronas del poderoso e intocable campeón mundial sucumbieron ante los algoritmos de la citada máquina en el Centro de Convenciones de Filadelfia.


Con un premio de 400 mil dólares para el ganador, un hombre ejecutaba las órdenes que le mandaban desde Nueva York a través del servidor RS/6000.


La máquina seleccionaba la mejor variante y enviaba la elección a través de internet a la pantalla que veía el brazo ejecutor.


"Pueden estar tranquilos que al menos por los próximos cinco años continuaré enarbolando la bandera de defensor del género humano frente al desafío de las máquinas", decía Kasparov en la previa del duelo.


25 años después, el jugador nacido en Azerbaiyán recuerda así la partida en 'Infobae': "Recuerdo muy bien lo que pasó; aunque lamento que muchos recuerden sólo ese día por que la computadora me derrotó en una partida y se olviden que finalmente yo gané el match. Fui el último campeón mundial en un match mediático que venció a una máquina".


En la entrevista, Kasparov recuerda cómo fue la derrota: "Lo más risueño fue en el momento de mi abandono, cuando saludé al operador y le pregunté: ¿Cuál fue mi error? Se trata de una rutina que tenemos los ajedrecistas al finalizar cada juego. El científico Feng-hsiung Hsu, me miró desorientado y encogiendo sus hombros me susurró, 'no lo sé, yo sólo sé mover las piezas...'".


Ante seis millones de espectadores y en menos de cuatro horas de juego, la 'Deep Blue' derrotó al campeón del mundo en 37 jugadas.


Sería en el Centro de Convenciones de Filadelfia donde Kasparov disputó un encuentro a seis partidas contra Deep Blue. Por aquel entonces, teníamos la creencia de que el pensamiento genuino y espontáneo, específico del ser humano, era imbatible para cualquier algoritmo, incapaz de ir evolucionando más allá de un sistema cerrado de frías cifras, pero fue un golpe de realidad: hoy en día, ese debate está cerrado y todo comenzó en el mundo del ajedrez.


Por aquel entonces con 32 años, e invencible en el ajedrez humano, Kasparov quería demostrar que no podía ser derrotado por la Inteligencia Artificial. Frente a él, sentado un técnico de IBM que se encargaba de mover las piezas siguiendo las órdenes que Deep Blue le daba a más de 200 kilómetros de distancia, un ordenador capaz de pronosticar 100 millones de jugadas por segundo. En la primera partida, con negras, la noticia saltó: Deep Blue había sido capaz de derrotar a Kasparov, incapaz de contrarrestar a su rival. El genio ruso, herido en su orgullo por la 'humillante' derrota, mejoró su juego y basándose en la Apertura Catalana, consiguió igualar la contienda con una victoria cargada de moral. A continuación, humano y ordenador firmaron dos tablas consecutivas para que, poco después, Kasparov lograra doblegar a la IA para volver a sumar dos triunfos seguidos y acabar el encuentro con una victoria por 4 a 2. Kasparov 'demostraba' su superioridad. Pero era solo el principio.


Solo un año después, los expertos de IBM decidieron tratar de mejorar Deep Blue. Así, le incluyeron mayor capacidad de procesamiento, le 'enseñaron' a leer jugadas con el aprendizaje de más de 700.000 partidas disputadas a lo largo de la historia y le otorgaron mayor estabilidad a su sistema. De hecho, los expertos aseguraban que la primera victoria de Kasparov se había producido por un bajón 'inexplicable' en el juego de Deep Blue, máxime cuando una máquina no tiene los 'problemas' humanos. Kasparov se veía muy crecido por su demostración de fuerza, lo que llevó a proclamar una frase que se le volvería diametralmente en contra solo unos meses más tarde: "Ninguna máquina será capaz de ganarme en el próximo milenio". Sería en 1997 cuando esta afirmación quedaría enterrada para siempre: esta vez en Nueva York, el genio ruso y Deep Blue volvieron a enfrentarse... y, por primera vez, una máquina era capaz de derrotarle, con una victoria por 3,5 a 2,5.


Ahora, veinticinco años más tarde de la primera partida entre Kasparov y Deep Blue, no tenemos ninguna duda de que el ser humano es incapaz de derrotar a la Inteligencia Artificial. Hace un cuarto de siglo, quizá seguíamos siendo unos soñadores que pensábamos que nuestro genuino modo de pensar era insustituible por una serie de cálculos algorítmicos, pero nada más lejos de la realidad: aquel día descubrimos que éramos más frágiles de lo que pensábamos.  


"Gracias a personas como Kasparov es que el ajedrez es mas popular hoy en día, y que los grandes maestros perciban mejores ingresos. Hoy millones de espectadores en todo el mundo presenciaron el histórico y mediático duelo Humano - Máquina" ...



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